Hoy día todos conocemos los beneficios de la lactancia materna, tanto desde el punto de vista psicológico, nutritivo, inmunológico y afectivo, para la madre y para el bebé. Pero son menos conocidos los beneficios que tiene la lactancia en el desarrollo de la musculatura orofacial, la cual es necesaria para la correcta articulación de los fonemas, entre otras cosas.
Durante el amamantamiento los músculos orbiculares de los labios y los buccinadores se ejercitan con el esfuerzo continuo de la succión, estos músculos son los encargados de cerrar los labios y de vaciar la boca, además de ayudar a la hora de soplar, besar o silbar.
La lactancia también favorece al crecimiento de la mandíbula, que en un primer momento se encuentra por detrás del maxilar superior, y alcanza su posición adecuada sobre el octavo mes de vida.
Los movimientos de la lengua durante la lactancia ayudan a que poco a poco esta vaya ocupando su lugar correcto, además de que influye en la forma del paladar, haciéndolo más redondo y plano, lo que evitaría futuras maloclusiones.
Cuando el bebé toma biberón, usa chupete o se chupa el dedo, la lengua no alcanza el paladar; la altura y el ancho del paladar queda influenciada por el objeto que se encuentra entre éste y la lengua, por lo que podría potenciar un mal desarrollo del paladar.
La lactancia materna ayuda también a que el bebé se acostumbre a la respiración nasal y así evitar el llamado “síndrome del respirador bucal”.
En este post resaltamos los beneficios de la lactancia materna. No obstante, el hecho de no darle el pecho a un bebé no significa que vaya a desarrollar patologías, pero sí ayuda a prevenirlas.
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