¡¡TENGO QUE HABLAR EN PÚBLICO!!

Esta semana se ha celebrado el Día Mundial de los Opositores. Todos sabemos lo difícil que es aprobar una oposición, pero a veces se hace más cuesta arriba cuando alguna de las pruebas de la oposición es oral. Y es que hablar en público, y sobre todo hablar para gente que te está evaluando, puede ponernos las cosas más difíciles.

Es por eso que desde Hablando os damos unos pequeños consejos que podéis ir practicando y seguro que hablar en público os supondrá un esfuerzo más sencillo.

La gente por lo general sabe “qué decir”, el problema se plantea en relación al “cómo organizar las ideas y cómo decirlo”; las técnicas de expresión y comunicación sirven para potenciar las posibilidades de transmitir bien lo que se sabe.

Hay muchos aspectos que hay que atender a la hora de una exposición oral: el estilo, la elocución, los gestos, la actitud frente al público… Pero vamos a centrarnos en la dicción y en algunos consejos para mejorarla.

Ejercicios para conseguir una buena dicción:

  • Leer en voz alta, no sólo atendiendo a la parte mecánica sino también a la comprensión.
  • Hacer ejercicios de articulación: abrir bien la boca, separando cuidadosamente todas y cada una de las sílabas, exagerando la emisión de las mismas.
  • Respirar antes de cada período, para no quedarse sin aire a mitad del período.
  • Variar la rapidez de la exposición: que sea lento cuando se razona y rápido cuando se exhorta.
  • No basta hablar con buen ritmo y hasta con claridad. Hay que hacer pausas.
  • Hablar con inteligencia, recalcando, mediante la intensidad o la inflexión de la voz, las palabras que es necesario recalcar o realzar.

Remedios contra el miedo y la timidez:

La mayoría de las personas sienten miedo antes de hablar en público. Esto no tiene nada de especial; lo extraño sería lo contrario. No obstante, hay algunos medios que permiten superar el miedo para poder expresarse correctamente y, lo que es más importante, para poder comunicarse.

  • Controlar la mecánica corporal: mediante la decontracción y relajación, para romper con la tensión muscular. Para lograrlo hay que realizar algo que alivie la tensión: tomar un libro, acomodar una ficha, respirar profundamente en cada pausa, cambiar de postura… Ayuda mucho a quitar el susto, el tener algo que hacer frente al auditorio: escribir en la pizarra, señalar un punto en un mapa, explicar un gráfico…
  • Saber bien el tema que uno va a tratar: hay que hablar de un tema que pertenezca al propio ámbito de conocimiento o experiencia. Se recomienda en especial estudiar el comienzo del discurso. Un comienzo seguro y firme nos da seguridad para todo el discurso. Un comienzo inseguro nos hace más inseguros todavía.
  • Lanzarse al agua: lo importante es dirigirse resueltamente hacia los oyentes desde el principio. También sirve de ayuda el respirar adecuadamente; sobre todo antes de comenzar, pues una provisión aumentada de oxígeno facilitará no tartamudear al inicio, al mismo tiempo que calma la tensión.
  • Desarrollar actitudes mentales de sostén: como el deseo de que los oyentes participen de lo que él presenta en su mensaje; confianza en uno mismo y hablar convencidos de aquello que se defiende.
  • Concentrarse en el discurso: no pensar acerca de lo que puedan estar pensando los oyentes.

Esperamos que estos consejos puedan ayudar a todos los opositores y a aquellos que tengan que hablar en público y no les resulte fácil. Para cualquier duda, no dudéis en poneros en contacto con nosotras, llamando al número 692 777 844 o mandado un e-mail a info@hablandologopedas.com, estaremos encantadas de ayudarte.

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