La respiración es una función indispensable para la supervivencia del ser humano y se coordina de forma compleja con otras funciones, como la succión, la masticación, la deglución y el habla. Por lo tanto, la respiración no es solo un intercambio de gases, sino que resulta ser una función vital y un estímulo que favorece el desarrollo y el crecimiento armonioso del complejo craneofacial. Pero hay que destacar que la respiración adecuada, es aquella que se realiza por vía nasal, sin esfuerzo y con sellado labial.
Cuando la respiración no se realiza de forma nasal, su etiología suele deberse a:
- Causas congénitas: hipertrofia amigdalar, hipertrofia de adenoides, hipertrofia de cornetes, desviación del tabique nasal, rinitis alérgica, atresia de coanas, etc.
- Causas adquiridas: el uso prolongado del biberón o el chupete, succión digital, etc.
Sean cuales sean las causas por las que ocurre la respiración oral, cuando se consolida y se mantiene este tipo de respiración, causará a la larga alteraciones estructurales y funcionales que perjudican la salud.
Algunas de las modificaciones y adaptaciones que se producen a causa de la respiración oral son:
- Lengua baja y adelantada.
- Anteriorización de la cabeza (que influirá en la curvatura de la columna vertebral).
- Hombros rotados hacia dentro.
- Cambios de posición de los miembros inferiores (hiperextensión en piernas, modificaciones en la pisada).
Esto dará lugar a disfunciones o alteraciones como:
- Maloclusiones dentales, que además pueden llegar generar dificultades en la pronunciación de algunos fonemas.
- Ronquido.
- Babeo.
- Dificultades en el sueño, que acarrea consecuencias como irritabilidad, somnolencia diurna, dificultades para la consolidación de los aprendizajes, etc. (puedes consultar nuestro post sobre Apnea Obstructiva del Sueño).
- Dolores musculares.
- Otitis de repetición.
- Disfunciones temporomandibulares,
Por todo esto, es de vital importancia acudir a revisiones médicas desde temprana edad para evaluar el estado de las cavidades nasal y oral; y en el caso de que exista alguna alteración, solventarla a nivel médico y acudir a los profesionales pertinentes (odontólogos, fisioterapeutas, logopedas) para que puedan establecer objetivos de intervención adecuados, que permitan recuperar la funcionalidad del sistema.
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